En el mes del Metodismo

RECORDANDO  LA  EXPERIENCIA  DE  JUAN  WESLEY 

 FUNDADOR  DEL METODISMO

«Sentí que mi corazón fue extrañamente conmovido, que confiaba en Cristo, y en El únicamente para mi salvación, y me fue otorgada una certeza a mí de que Él había llevado y quitado mis pecados; sí, los míos, y que me había salvado a mí de la ley del pecado y la muerte».

Juan Wesley

Juan Wesley (17 de junio de 1703, † 2 de marzo de 1791), pastor anglicano y teólogo cristiano británico. Nacido en Epworth, Lincolnshire, fue uno de los primeros líderes del movimiento metodista cuyo desarrollo inicial está vinculado a su biografía. Se distinguen, en este sentido, tres etapas: la primera, cuando junto con su hermano Charles funda el “Holy Club” (Santo Club); la segunda, cuando realiza su viaje a Savannah, Georgia (EE. UU.); y la tercera cuando regresa a Inglaterra. La experiencia del Corazón Ardiente ocurre durante la tercera etapa.

Juan Wesley regresó a Inglaterra deprimido y golpeado luego de su desastroso viaje de “evangelización” a las Trece Colonias Inglesas en América en el año 1735. Fue en este momento que se acercó a los Moravos a los que había conocido 3 años antes, durante su viaje a Georgia (colonia Inglesa en América.) En este viaje se alzó una tormenta y rompió el mástil del barco. Mientras los ingleses se llenaron de pánico, los Moravos se mantuvieron tranquilos y comenzaron a cantar himnos y a orar. Esta experiencia llevó a Wesley a pensar que los Moravos poseían una fuerza interior que él no tenía. 

Fue en esta condición que él tuvo su experiencia de “Corazón Ardiente” en la Iglesia de los Moravos en la Calle Aldersgate de Londres, Inglaterra, el 24 de mayo de 1738. 

Aquella noche, Juan Wesley,Pastor  Anglicano, entró a la Iglesia de los Moravos y escuchó cánticos e himnos. Los Moravos eran una Iglesia Alemana, muy piadosa que practicaban la piedad, los cánticos y la fe ardiente en Jesucristo. Aquella noche del 24 de mayo de 1738, Juan Wesley escuchó la reflexión que se leía sobre el Prefacio de Martin Lutero sobre la Epístola a los Romanos y sobre Efesios 2:7-9:

¡Dios te bendiga!